Avance Educativo de la Unión Puertorriqueña de los Adventistas del 7mo Día

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miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA DEPRESION… EL MAL DEL SIGLO

Uno de los mayores problemas que afecta a nuestro mundo actual es la depresión. Mucho se ha hablado y mucho se ha escrito sobre este tema. Lo importante de todo es reconocer que es y seguirá siendo uno de los mayores problemas de salud de nuestra sociedad actual. La organización mundial de la salud (O.M.S.) ha declarado que al paso que va, llegará ser una de las enfermedades de mayor aumento del siglo y ocupará el primer lugar después de las enfermedades cardiovasculares. Nadie está exento de esta peligrosa enfermedad. El cuidado y conocimiento será valioso para todos nosotros. Debemos reconocer la condición actual en que vivimos el mensaje profético señala que vendrá un tiempo de angustia cual nunca fue. (Daniel 12:1) Nos deprime ver las páginas ensangrentadas de la prensa y la televisión. Los problemas físicos y sobrenaturales de nuestra sociedad actual. El crimen organizado, la violencia, el maltrato físico de niños, mujeres y ancianos. El desempleo y la situación política y administrativa de los gobiernos y empresas laborales. Las trágicas noticias de accidentes, terremotos, tornados, huracanes o el tsunami recientemente ocurrido en Japón. Amén, de situaciones desesperantes por la muerte de un ser querido o problemas de carácter familiar. El alarmante aumento de enfermedades y momentos críticos que nos afectan emocionalmente. Todo esto, nos lleva a tornarnos tristes, melancólicos y deprimidos. Conocí el caso de un individuo que fue víctima de una fatal depresión por la multiplicidad de problemas que lo llevaron al suicidio. Si hemos llegado al punto de reconocer que la depresión ha llegado a nuestra vida o a la vida de los que amamos, el primer paso es aceptar que necesitamos ayuda. Quizás seamos de aquellas personas que nos sentimos incómodos con el tema de las enfermedades mentales o podríamos considerar que pedir ayuda es una señal de debilidad. O tal vez, podríamos pensar, como otras personas, que un individuo deprimido puede rápidamente “salir a flote” o que algunas personas, son demasiado viejas para ser ayudadas. Si así pensamos estamos muy equivocados. Un profesional de la salud será de gran ayuda para todos. Una vez decidamos buscar ayuda médica, empecemos con nuestro médico de familia. El facultativo debe examinarnos para ver si la depresión es causada por un problema de salud o por una medicina que estemos tomando. Después de un examen completo, puede referirnos a un especialista. Puede sugerirnos hablar con un consejero de salud mental, un psicólogo o un psiquiatra. La naturaleza especial de la depresión en las personas mayores ha generado el surgimiento de una especialidad médica diferente: la psiquiatría geriátrica. No dejemos de conseguir la ayuda pertinente, por miedo a lo que pudiese costar el tratamiento. A menudo, sólo es necesario un corto período de psicoterapia (terapia hablada), que es frecuentemente cubierta por el seguro. ¿Es usted pariente o amigo de una persona mayor que se encuentra deprimida y no quiere ir al médico para un efectivo tratamiento? Explíquele la manera como el tratamiento puede hacer para que se siente feliz y mucho mejor. En algunos casos, cuando una persona deprimida no puede o no quiere ir al consultorio del médico, el médico o el especialista de salud mental puede empezar haciéndole una llamada telefónica. El teléfono no puede reemplazar el contacto personal necesario para un examen médico completo, pero si puede romper el hielo. ¿Cómo podríamos evitar una depresión? El estilo de vida cuenta. La forma como analicemos la situación y tratemos de superarla es muy efectiva para nuestro propio bienestar. Algunas sabias recomendaciones presentadas por los educadores de la salud pueden ayudarnos a evitar estos tipos de trastornos mentales. 1- HAGAMOS UN ANÁLISIS DE LA DEPRESIÓN. ¿Por qué estamos deprimidos? ¿Cual es la causa de esa depresión? ¿Tiene que ver con el hogar o con el trabajo? ¿Qué clase de depresión es la que nos afecta? ¿Leve… pasajera… severa… o muy severa?2- DESCANSEMOS APROPIADAMENTE. El mejor descanso es un sueño reparador y tranquilo. No olvidemos que la noche se hizo para el descanso y no para la diversión o para rumiar nuestras preocupaciones. El buen sueño favorece y oxigena el cerebro. 2- HAGAMOS EJERCICIO TODOS LOS DIAS. El ejercicio diario hace que el corazón trabaje más lo que permite también una mayor oxigenación cerebral. 3- MANTENGAMOS UNA HIGIENE MENTAL POSITIVA. Los pensamientos depresivos debe n ser desechados por completo. El pensar negativamente puede acostumbrar a la mente a pensar siempre en lo malo que pueda suceder y hace que la mente sufra ante cualquier problema que le acontezca. Muchos de los problemas son imaginarios. 4- EVITEMOS EL LICOR. Dicen que el alcohol ahoga las penas… pero… mata el cerebro. Si hay algo que afecta a la salud mental es el consumir bebidas embriagantes. La ciencia médica ha comprobado que la bebida deprime y afecta al sistema nervioso. 5- ALIMENTEMONOS CORRECTAMENTE. Nuestro cuerpo necesita de alimentos que nutran nuestro cerebro. Busquemos el tipo o clase de alimento que el cerebro más necesita. Los nutricionistas recomiendan consumir más frutas nueces y vegetales. 6- AGUA POR DENTRO Y POR FUERA. EL cerebro como el cuerpo necesita de agua Ocho vasos diarios es lo ideal para mantenernos con mejor salud. Por otra parte un buen chorro de agua en la cabeza hace que la sangre circule mejor y es de gran ayuda para el sistema inmunológico. 7- SALGAMOS DEL ENCIERRO HOGAREÑO. Si hay algo que deprime es estar encerrados en esas cuatro paredes de la casa. Por lo tanto salgamos y disfrutemos de la vida. La playa nos espera. El caminar en la arena será de gran ayuda para nuestra salud. Demos un paseíto por un centro comercial (mall). Claro. No llevemos la tarjeta de crédito porque al final del mes cuando nos llegue la cuenta habrá una razón para aumentar nuestra depresión. 8- DEDIQUEMOS TIEMPO PARA UNA BUENA LECTURA. Con la lectura nos distraemos y aprendemos. Busquemos lecturas apropiadas preferiblemente que tengan una buena enseñanza o nos hagan sonreír. 9- MANTENGAMOS UN ROSTRO SONRIENTE. No es fácil, pero vale la pena. Las endorfinas del cuerpo son afectadas cuando no sabemos sonreírle a los problemas de la vida. 10- BUSQUEMOS Y CONSERVEMOS LAS BUENAS AMISTADES. Una buena amistad será de gran ayuda y estimulo para evitar todo tipo de depresión. Cuando una persona se sienta deprimida el consejo es que llame a esas buenas amistades y les comunique como se siente. Un buen amigo es más que un hermano”, dice el consejo bíblico. El mejor amigo se llama Jesucristo que además es médico y consejero familiar. 11- VIVAMOS UNA VIDA SATISFACTORIA. El hacer el bien a los demás nos ayuda en la depresión porque nos olvidamos de nosotros mismos y valoramos a los que nos rodean. Sirvamos como voluntarios en un club o programas de ayuda al necesitado. La confianza en Dios y en los que nos rodean hace que la mente se mantenga saludable. 12- PARTICIPEMOS DE LAS ACTIVIDADES SOCIALES RECREATIVAS Y ESPIRITUALES DE UNA CONGREGACION. Reconociendo la importancia de esta declaración para el bienestar de nuestra salud mental tengo un programa radial (radio Paraíso 92:9) llamado ALERTA que culmina diciendo: “Visite la iglesia de su preferencia, bien puede ser esta, la iglesia Adventista del Séptimo Día…somos sus amigos y más que amigos…somos sus hermanos”.
Claro que si, busquemos todas las técnicas habidas y por haber para estar alertas e impedir que esta peligrosa enfermedad llegue de sorpresa a nuestro hogar o a los hogares de aquellos que hemos aprendido a querer Porque la depresión, llegará a ser… el mal del siglo. GERMAN CORTES Mph (Educador en Salud)

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